Thursday, March 31, 2011

Batalla por la toma de Abidjan, Inevitable después de la caída de Yamoussoukro y San Pedro.

Carolina Loza, desde Accra, Ghana.
La batalla para que Laurent Gbagbo abandone el poder es inevitable y la toma de la capital comercial de Costa de Marfil, Abidjan, se vislumbra en un futuro cercano.  
La toma de la capital política, Yamoussoukro, el día miércoles por  las Fuerzas Republicanas de Costa de Marfil  (FRCI)  al igual que San Pedro, principal puerto del mayor productor de Cacao en el mundo, son victorias cruciales para Alassane Ouattara y sus aliados, reconocidos por la comunidad internacional como los líderes legítimos después de los comicios de Noviembre.
Según El propietario del hotel Aho en Yamoussoukro, la llegada de las FRCI tuvo poca resistencia, si hubo resistencia alguna por parte de la población y las fuerzas armadas.
Un diplomático Europeo califico el día miércoles como “dramático” y un avance en la crisis post electoral marfileña, que hasta semanas atrás se encontraba en un punto muerto sin un avance a una solución.  Desde noviembre del 2010, la crisis ha cobrado alrededor de 500 vidas, según reportes de Naciones Unidas y ha sumido a Costa de Marfil en un caos económico y división social.
Las elecciones en Costa de marfil representaban el último paso para la paz definitiva, proceso que empezó con el cese de fuego en el año  2007. El proceso iba por buen camino hasta las elecciones, en las cuales Laurent Gbagbo, presidente saliente acuso al proceso electoral de fraudulento en el norte y se rehusó a abandonar la presidencia.
Las Naciones Unidas, en sesión extraordinaria la noche del día miércoles sancionaron a Laurent Gbagbo,  al igual que a tres colaboradores y a su Esposa, Simone Gbagbo, por incitar odio y violencia a través de la televisión Nacional (RTI) y detener el proceso de paz y el trabajo de la Operación de las Naciones Unidas en Costa de Marfil (ONUCI)  mediante la congelación de activos y la posibilidad de viajar.

Sunday, March 20, 2011

Mi tío de Abobo


Jean-Pierre se sienta pensativo y mira el canal del  Estado (del presidente Gbagbo, uno de los dos presidentes que obtuvo Costa de Marfil en las esperadas elecciones de noviembre 2010) mientras come. Se sienta en calma, con sus lentes rectangulares y su cabeza calva, a mirar la televisión con su cuñada. Es una persona que demuestra serenidad y calma, y que muchas veces se muestra inquieto y absorto en sus pensamientos.  Ese es mi tío anfitrión, Jean-Pierre, uno de las tantas personas que han abandonado el distrito de Abobo en Abidjan.
Naciones Unidas estima que 300,000 personas en la actualidad se han desplazado solamente en la capital económica del país, Abidjan.  Los barrios de Youpougon, Abobo, y Adjamé son prácticamente zonas de guerra.
A pesar de que la violencia es entre los simpatizantes de Gbagbo y Ouattara, en los últimos dos meses el agravamiento de la crisis Post-Electoral ha hecho que la violencia afecte a familias completamente apolíticas y ajenas a los intereses partidistas.
Mi tío Jean-Pierre es uno de ellos.
Hace 3 semanas y media recuerdo llegar a casa, quitarme los zapatos para poder sentarme en la sala alfombrada a ver la tele y vi a una persona nueva; que solo sonreía, como todos los marfileños que he tenido la oportunidad de conocer. En un gesto muy formal y poco común de mi madre anfitriona, me presento a Jean-Pierre: es el hermano de mi marido, quien viene desde Abobo y se va a quedar con nosotros.
Según mi tío, Abobo, si bien se convirtió en una zona guerra, era un lugar  donde se respetaban ciertas normas. Entre los “tiempo fuera”  que ambos bandos tomaban, entre esos pequeños espacios de relativa  paz escabrosa, tuvo la oportunidad de abandonar su distrito.
Jean-Pierre se dirigió a Youpougon, barrio vecino de Abobo. Caminó un buen tramo para llegar. Youpougon fue su refugio por dos días, porque el conflicto se ha desplazado y Youpougon se convirtió en otra “república autónoma” en donde las fuerzas leales a Gbagbo tratan de tomar una parte de Abidjan, donde el presidente reconocido por la constitución del país, no tiene control alguno.
Desde Youpougon Jean Pierre caminó  a república autónoma número tres, Adjamé, distrito eeconocido por ser el centro de ventas informales y comercio, Adjamé es un  distrito donde migrantes de Burkina Faso, Mali, Senegal han sido víctimas de ataques xenofóbicos  en las últimas semanas, provocado por un sentimiento nacionalista que acusa a la comunidad internacional de ser creadora de la crisis, llevada a cabo por la televisión nacional y declaraciones del líder de los jóvenes patriotas, Charles Blé Goudé .
En la estación de woro-woro, viejos taxis compartidos para dirigirse a los diferentes distritos, Jean Pierre tomó un woro-woro al distrito de Marcory. Y así fue como llegó a nuestra casa.
Mi tío, quien antes de la crisis era chofer de mini van (conocidas localmente como Gbaka)  y woro-woro en el distrito de Abobo, está separado de su esposa y su hijo. Ellos se encuentran  en Agboville, ciudad a una hora en carro en dirección norte desde Abidjan . Supe de su familia por mi hermana anfitriona, porque El nunca los menciona.
Cuando finalmente conversé  con él después de la cena, hace dos semanas, me decía que no me preocupe, que no tenga miedo, que estoy fuera de peligro. Que así es Africa, que todo va a pasar. Me comentó que  iba a esperar una semana,  que toda la situación se calme, como se vislumbraba en ese momento e iba a asegurarse que fuera seguro regresar a Abobo la siguiente semana.
A pesar de que repetía que la crisis, como los marfileños se refieren a la guerra civil que vivieron y que se reanudó en los últimos meses, era algo pasajero y que pronto todo iba a estar bien, no dejaba de mirarme con cierta incredulidad hasta que preguntó: de todos los países francófonos, por qué Costa de Marfil?
Le dije que me interesaba mi proyecto y la gente, la historia. Aun así, noté confusión  en su mirada.
Tres semanas y Jean-Pierre empieza a darse cuenta que todo va a empeorar antes de que mejore. Que Abobo está lejos de regresar a la calma y que lo más probable es que más distritos se conviertan en Abobo antes que la ciudad regrese a la calma, vida nocturna vibrante y alegría que la caracterizaba.
Jean Pierre mira las noticias y solo espera. Espera y se ríe mientras la extranjera que vive con ellos no sabe como comer cangrejo, se ríe, pero nunca a carcajadas. Solo mira, se sienta y espera, como todos los Marfileños. On Espere (uno espera, tiene la esperanza) es la frase que todos los habitantes de lo que una vez fue la joya de la colonia Francesa, responden cuando se habla de la situación. Habitantes que esperan  tener un solo presidente, poder ir al trabajo, relajarse con la cerveza más popular, una grosse  bière (también conocida como Drogba) en un maquis y dormir. On Espere Côte d'Ivoire,  On espere.