Monday, April 11, 2011

Dieu Merci?

Un día que marcará el futuro de la crisis en Costa de Marfil, El final de la misma, o la prolongación de conflictos de la sociedad marfileña que persiguen a su población desde  los tempranos días de independencia.
Desde la crisis, desencadenada en las elecciones que representaban la unificación del país, los marfileños, que se refieren a los años de guerra como los años de “crisis” tenían esperanza en que todo se solucionaría de manera pacífica.  Cuando se preguntaba a algún marfileño sobre el tema, en febrero ( me mudé a Costa de Marfil un miércoles, febrero 16) simplemente movían sus manos  en gesto de desenfado y decían: llegará a un punto en el que uno de ellos tendrá que bajar del poder; después, todo irá para arriba para nuestro país.
Si bien la gran esperanza en el país era de llegar a tener un solo presidente, para retomar  el modelo de prosperidad económica y democracia en África del Oeste, existían barreras entre los dos. Ouattara-, Ah, no es bueno para el país-oí repetidas veces o hasta los insultos hacia la Operación de Naciones Unidas en Costa de Marfil (ONUCI) basados en rumores que alegaban el apoyo por medio de cascos azules a los rebeldes Pro-Ouattara. De Gbagbo, oí que era un dictador y que no dejaría el poder. También oí que era muy inteligente y astuto por la manera que manejó la situación.
Si bien Gbagbo fue astuto, su arrogancia y testarudez lo llevaron a estar donde se encuentra hoy –arrestado por las fuerzas republicanas en el hotel Golf-y ciertamente llevaron al país a dividirse una vez más. Ataques a extranjeros, cuando hace un mes atrás, los “blancos” éramos recibidos auténticamente como hermanos en los hogares marfileños. Ataques violentos contra los migrantes de países vecinos que fueron motor del crecimiento económico del país. A un sentimiento nacionalista que llevó a muchos jóvenes a convertirse en Kamikazes bajo la consigna “de morir por su país y defender una Costa de Marfil para los marfileños”
Lejos de ser un día de celebración en Abidjan por regresar a la normalidad(es un día de celebración para las fuerzas republicanas y los valientes que se aventuran a la calle), es un día donde el miedo inunda las casas. La incertidumbre de un líder que ha sabido torear con eficacia a la comunidad internacional a puesto a la misma y los habitantes de su país a contener el aliento. Nadie sabe cuándo terminará esta crisis. Y más que saber cuándo acabará la crisis, lo que muchos se preguntan es, como.
El arresto de Gbagbo representa un cese de fuego y perfila a un ganador y un perdedor. Pero las cartas jugadas desde noviembre definen esta crisis. El tener en este momento, una sociedad llena de odio, jóvenes armados en las calles solo ha sumido a la ciudad que era conocida por tener un “joie de vivre”  9 meses atrás,  en la oscuridad y terror el día de hoy.  Abidjan se encuentra en a la merced de jóvenes llenos de rabia y la mejor descripción para la actitud de estos jóvenes sería la de ojo por ojo, diente por diente.
Mi amigo Sidney, con el único amigo en Abidjan con quien me logré comunicar me dice que, Gbagbo fue arrestado pero que no escucha música que indique una  celebración en el barrio de Marcory, al sur de Abidjan. El no tiene el valor para salir a la calle.
Las masacres cometidas por las Fuerzas Republicanas, leales a Ouattara, demuestran que el ganador de esta batalla, si bien tiene apoyo  internacional, no es ningún santo y que, si existe justicia internacional, será pronto llamado a responder por las masacres y por contratar a mercenarios. La comunidad internacional tendrá que reflexionar sobre su rol como mediador, que en el país envió un mensaje de “Pro-Ouattara”. La propaganda anti-occidente montada por Gbagbo dio resultados.  El país que Ouattara empezará a liderar (lo cual está por verse, debido a lo impredecible de la política Africana) tiene una herida reciente y dolorosa, que puede expandirse como una gangrena, o ser tratada a tiempo. Una vez más, Costa de Marfil espera. 

No comments:

Post a Comment